Introducción

El arte en general es para la infancia un lenguaje cercano y familiar, porque tanto el arte como la infancia utilizan dos recursos fundamentales para expresarse, que son la emoción y los diferentes lenguajes comunicativos.  El arte no es solo una práctica o un producto, sino una manera particular de mirar el mundo, y formar parte de ese mundo.

Según Gardner las artes ayudan a los niños a organizar su experiencia de vida, a conocerse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. Las artes plásticas generan una serie de acciones en la vida  de los niños, como el desarrollo de la motricidad fina debido al ejercicio motor así como una apreciación visual. Las artes comprometen a los niños en desafíos creativos que se ambientan en sus cerebros y estimulan la creatividad de sus actos. 

La creatividad tiene tanta importancia en la infancia por las características que presentan en esta etapa: son independientes, exploradores netos, son curiosos, no sirguen un patrón o norma, les gusta aprender cosas nuevas, son libres, espontáneos, naturales, opinan sin pensar. A través de las artes plásticas, se desarrolla el lenguaje visual, y este a su vez, complementa la palabra. Mientras que los adultos intentan entender el por qué de esas expresiones artísticas tan espontáneas y creativas de los niños durante la época infantil, sus dibujos no dejan indiferente a nadie, ya que en mayor o menor medida, la inspiración con la que trabajan y hacen sus dibujos es una muestra clara de expresión.

En la actualidad, se necesitan personas creativas para responder a los retos que se plantean constantemente en nuestra sociedad. La educación artística tiene una gran importancia, por eso es importante fomentarla desde edades muy tempranas y sacar el mayor potencial  de los alumnos, ya que el arte es una vía para desarrollar la capacidad de plantear soluciones divergentes a los problemas y necesidades que se nos planteen en el día a día.

El arte es acción, movimiento, expresión, pensamiento… las artes pueden introducir elementos de gran interés y con ellas aprenden a simbolizarse mediante la inmersión en los procesos de la vida; por tanto, no debemos cortar la creatividad de los niños y menos en estas primeras etapas de su crecimiento, ya que ese mundo creado por ellos mismos de expresión artística, marcará la apertura de muchos de los aspectos de su personalidad en el futuro.